¿Cuáles son los KPI de tu organización?
Seguimos con el empeño de traer a la gestión de ONGs conceptos y recursos de la estrategia empresarial que consideramos son útiles y válidos para la realidad de las ONGs. Ya hemos hablado, por ejemplo de benchmarking, del downsizing o el coaching de equipos. Ahora hablaremos de las famosos en el argot empresarial KPI.
Los KPI (del inglés, Key Performance Indicator) son, haciendo una traducción fiel a su significado práctico, los indicadores claves de desempeño, lo que nos permite conocer cuál es el resultado que estamos obteniendo en la organización.
Las organizaciones sociales tienen sentido en tanto en cuanto están alineadas y ocupadas en el cumplimiento de unos fines sociales. Una pregunta indispensable, ¿Qué impacto estamos teniendo en aquellos problemas y necesidades que queremos resolver, ¿Cómo y en qué medida hemos mejorando la calidad de vida de las personas, generado propuestas culturales, promovido y defendido el medio ambiente, la igualdad de género, la infancia, el deporte, la participación vecinal y la mejora de tu barrio, y un largo etc.?
Si no tienes una respuesta clara tienes por un lado una dificultad interna, estoy tomando decisiones de asignación de recursos y actividades a ciegas; y por otro una dificultad externa, ¿Cómo explico a socios, donantes, financiadores y usuarios lo que hago? Una excelente herramienta son los KPI, ¿te animas?
Los KPI tienen sentido en el pensamiento estratégico de la organización, donde desde el punto de partida de mis fines sociales, me propongo objetivos estratégicos o a largo plazo. En este proceso es imprescindible preguntarse, ¿Cómo sabré que lo he conseguido? ¿Qué habrá sucedido entonces? Se utiliza una metáfora muy útil para comprender los indicadores: el marcador de un partido de futbol. Imagínense que no tuviésemos ningún marcador, que no tuviésemos claro que el que va ganando es el que ha marcado mas goles… otro podría decir, vamos ganando porque hemos tenido más la pelota, otro diría nosotros hemos lanzado más córners, otro hemos hecho menos faltas.. o incluso alguno podría decir, nosotros estamos jugando mejor, a mi me parece,,, ¿Les parece absurdo? Pues es la realidad de muchas ONGs, si quieren saber quien va ganando miren el marcador!!!
Es frecuente cuando trabajamos con ONGs y les preguntamos, ¿Qué resultados tiene tu organización? ¿Cuáles son sus logros? Pues hemos aumentado el presupuesto, ¿Cuánto y en qué periodo? A mi me parece… ; Acabamos de abrir un servicio nuevo, ¿y cuantas personas han participado en el último mes? ¿Se justifica la inversión y el esfuerzo económico? A mi me parece… ; ¿Los servicios que ofrecemos responden a las necesidades del colectivo? A mi me parece… ; ¿Qué pasos estamos dando en la solución a demandas nuevas del colectivo? A mi me parece…; ¿Qué imagen tiene el barrio de nosotros, si es que nos conocen? A mi me parece… Y podría decirles igualmente, ¡miren el marcador! Pero, hay, amigo y amiga, el problema es que no tenemos marcador, no tenemos indicadores claros que nos digan de donde venimos, donde estamos y hacia donde vamos.
Establecer estos indicadores no es difícil. Para ello recomendamos la técnica SMART (un juego de palabras, ya que en inglés significa inteligente y nos permite de cada letra obtener una característica que deben cumplir, hay mucha literatura sobre ello, glooguea un poco):
– Específicos: si no es concreto, no sirve para nada. No vale con voy a mejorar, ampliemos el número de atenciones, consigamos una mayor satisfacción… ¿Qué es exactamente lo que va a mejorar? ¿En qué medida? ¿Qué significa una atención, horas, personas diferentes, individual o grupal? ¿Qué es una mayor satisfacción, se implica, participa, repite?
– Medibles: tiene que estar asociado a un número cuantitativo que podamos medir numéricamente. Voy a mejorar atender 140 personas, por ejemplo. Si no existe cuantificación, no podemos confirmar si lo hemos logrado.
– Alcanzables: si las metas son tan lejanas y difíciles que nadie cree en ellas, ¿Quién va a hacer el esfuerzo? En muchas ocasiones las organizaciones hacen propuestas estratégicas que son cartas a los reyes magos. Vale, después simplemente nadie le hace caso y objetivos e indicadores al cajón.
– Realistas: una cualidad hermana de la anterior, deben ser ambiciosos pero posibles con los medios, recursos y oportunidades de los que disponemos.
– Temporalizados… dejen de decir algún día, que logros parciales vamos consiguiendo, a un mes, tres meses, seis meses, un año, tres años…
Este se integra en otra herramienta que recomendamos se construya en todas las organizaciones (puede ser muy sencillo), como es un Cuadro de mando integral que define metas, indicadores y resultados relacionado con los objetivos estratégicos y operativos que nos hemos propuesto.
¿Cómo podemos continuar mejorando y creando valor? ¿Qué aspectos son los más sobresalientes y tenemos que comunicar? ¿Qué resultados estamos consiguiendo con nuestra intervención? ¿Cuál es nuestra realidad, recursos y capacidades económicas? Indicadores estratégicos.