El imparable fenómeno del movimiento asociativo
Las crisis provocan inevitablemente cambios, las personas y las sociedades necesitan reubicarse ante sus efectos negativos, buscar otras alternativas, proponer otras formas de hacer, transformarse y reinventarse ante la pérdida de espacios, recursos económicos y valores que vivimos actualmente. Ello unido al florecimiento de tecnologías de la información que nos permite comunicarnos con gran cantidad de personas sin límite alguno ha dado lugar a la explosión definitiva del asociacionismo.
Lo veo en mi barrio, donde las asociaciones de vecinos espabilan, donde Stop Desahucios acampa frente a las familias en desalojo, asociaciones de enfermos que se organizan para apoyarse y reivindicar sus derechos, discapacitados (estos hay que reconocerles que tienen una más larga trayectoria) que se empoderan demostrando sus capacidades sobradas, comedores sociales y una red de centros de atención a familias sin recursos, asociaciones ecologistas que defienden, educan y ponen en valor nuestro entorno, jóvenes que quieren ofertar otra cultura y estar a la vanguardia, mujeres que denuncian y consiguen nuevos logros en pro de la igualdad, clubs deportivos que animan a niños, jóvenes y mayores a la práctica deportiva y un larguísimo, etc.
Estamos frente a una revolución de la sociedad civil, miles y miles de voluntarios y voluntarias que ofrecen su tiempo, su esfuerzo, su ilusión y sus recursos a ayudarse a sí mismos y a la sociedad a la que pertenecen. No podría entenderse el movimiento de Podemos, que en apenas unos meses se ha convertido en un partido político de referencia, sin el tejido asociativo y la cultura de la participación que han generado, sin las conexiones de personas implicadas en crear y escuchar opinión, en transformar la sociedad y producir nuevas formas de vincularnos. Una parte de la sociedad no quiere ser votante, quiere ser protagonista. Es la revolución de las personas a través del tejido asociativo, queremos el cambio y lo lideramos. Quien no haya escuchado este mensaje no está prestando suficiente atención, quien lo hace, está ahora mismo liderando los debates sociales.Cada vez las huellas son más profundas, porque los cambios que provocan las asociaciones en movimiento no solo ayudan a paliar una determinada circunstancia, generan paralelamente información, educan, sensibilizan y hacer crecer a las personas que participan. Son varios los factores que han contribuido a ello:
1) La incorporación de la mujer a la educación y su cada vez más relevante papel social también se refleja en el tejido asociativo. Se han incorporado con fuerza, aportando su capacidad de trabajo incansable, su sensibilidad, su formación e inteligencia, su capacidad de comunicación y sus valores.
2) La toma de conciencia de nuestra responsabilidad en las soluciones. Ya sabemos que nosotros no provocamos esto, pero no nos vamos a quedar esperando a que otro lo arregle, sea lo que sea. Proteger el patrimonio de mi pueblo, apoyar a la personas con ludopatías o toxicomanías, defender a quien se queda sin vivienda, o dar de comer a quien no tiene, proteger y darles oportunidades a los niños más vulnerables no puede esperar. Así que las personas a través del movimiento asociativo comienzan a generar soluciones.
3) La irrupción de una tecnología que nos conecta. Las redes sociales son un espacio para conectarse, ya no importa que sea de Gijón, Córdoba, Valencia o Santiago de Chile, si todos tenemos el mismo problema seguro que acabamos conectados, y saberse acompañado/a, poder comunicarse con alguien que vive lo mismo que tú, es el primer paso para hacer algo juntos.
¿Y que está sucediendo para afirmar que esto es un fenómeno imparable? Tres ideas para entenderlo:
1) Las asociaciones están creciendo tanto en número como en especialización funcional, por ejemplo, asociaciones que se ocupan de niños con un determinado tipo de cáncer, o dedicadas a la protección y difusión de un paraje natural en particular. Ello no implica una dispersión, las asociaciones grandes se estructuran en formas de redes o plataformas, conectando cada proyecto local y cada iniciativa con un global más amplio.
2) La afiliación y la participación voluntaria ha tenido un crecimiento exponencial, dándose el fenómeno de la pertenencia múltiple, donde existen diferentes niveles de implicación y participación, pero en todos una conexión continua. Es frecuente participar en un evento de una asociación en donde participan otros movimientos y colectivos. No son tan importante las marcas y las siglas, como los fines que nos unen.
3) El tejido actual se caracteriza por la participación abierta y efectiva, las organizaciones se centran en su utilidad, en su solidaridad y en la creación de lazos afectivos, no tanto en la burocracia interna y el control. Los liderazgos con efímeros o compartidos, y suelen aquellos más sensibles a escuchar.
¿Cuál en nuestra opinión debería ser la actitud de los poderes públicos? Saquemos nuestra carta a los Reyes Magos:
Necesitamos un mayor apoyo al tejido asociativo, porque cada euro lo multiplicamos por diez para el bienestar de la sociedad, necesitamos menos burocracias, una fiscalidad más clara, una ley de patrocinio y mecenazgo mas incluyente , necesitamos formación para que estos pioneros sociales desarrollen proyectos que realmente sepan hacerlo bien, necesitamos que si el proyecto es bueno tenga un apoyo plurianual, que se paguen las subvenciones en plazo, y un largo etc. Lo haremos de todas maneras, pero con su ayuda lo haremos mejor y llegaremos más lejos.
Lo prometido es deuda, este post está dedicado a mis alumnos del curso de Gestión de Asociaciones que hemos realizado en colaboración con el Ayuntamiento de Córdoba, Participación Ciudadana. Como ya les dije al finalizar el curso, escuchando sus propuestas asociativas en materia de medio ambiente, cultura, música, toxicomanías, educación, enfermedades raras, denuncia social… siento que sois de los míos. Muchas gracias por estar ahí y seguir luchando por la dignidad y la prosperidad de todos y todas.
Quizás es así o es un mero espejismo?? Quizás ahora tenemos «hambre» y eso nos mueve, quizás si otra vez tuvieramos riqueza desaparecería la PARTICIPACIÓN???, hermosa palabra.