Benchmarking para ONGs
Los sistemas tienden al equilibrio y una vez alcanzado, a la inercia. Al “hacemos las cosas así y nos va bien”, “siempre lo hemos hecho de esta manera”, “si va bien para qué vamos a cambiar”… y así se olvidan que nos perdemos la oportunidad de incorporar innovaciones e ideas que nos permitan atender mejor al colectivo y, desde la perspectiva de captación de fondos, ser más competitivo. En ocasiones en las ONGs se afanan por innovar, por crear, por inventar, por desarrollar ocurrencias… y se olvidan también de que por cada persona de nuestra organización que tiene una buena idea, hay mil fuera que la tiene al mismo nivel, y muchas de ellas ya se han probado y se tienen datos de que funciona! Esto es precisamente el benchmarking, que se puede resumir en un lema que nos gusta decir mucho: ¡no inventes la rueda, súbete al carro! |
Aclaremos la palabra inglesa «benchmarking» que proviene del ámbito de la gestión empresarial: el benchmarking es el proceso planificado y ordenado de observar que hacen otras organizaciones o empresas en el sector.
El benchmarking es un proceso de reflexión y aprendizaje con una doble vertiente:
Es una mirada interna, en cuanto que dedicamos un tiempo a mirar lo que hacemos y qué resultados tiene, y sin autoengañarnos, reconocer que funciona y que no. El benchmarking parte de nosotros, de lo que sabemos hacer y hacemos, de lo que queremos conseguir y conseguimos… sin el conocimiento interno no tenemos marco de comparación.
Es una mirada externa, en tanto que me ocupo de acercarme a otras experiencia, con los menos prejuicios posibles, observando el cómo lo hacen y qué resultados tiene, captando los matices que hacen
Hay un desequilibrio que solemos observar cuando las organizaciones comienzan a practicar el benchmarking: las que dicen, los demás no tienen nada que aportarme, somos los mejores (autoestima por las nubes, estupendo, pero no es real, siempre hay espacios de aprendizaje y mejora) y lo que valoran que cualquier iniciativa de fuera es mejor que la que tenemos nosotros (autoestima por los suelos, es necesario hacer un análisis ordenado y entresacar los puntos fuertes de nuestra propuestas que siempre los hay).
Una vez regulado esto, podemos observar sin ánimo de emitir juicios y comparaciones de valor, si no de registrar aprendizajes que podamos incorporar. ¿Qué podemos observar? Os proponemos una primera clasificación de los temas preferentes que nosotros indagaríamos:
¿Qué tecnología utilizan? La tecnología es transversal, es una herramienta que nos permite influir y enriquecer la dinámica completa de la organización: como elemento de información, como elemento de formación, como elemento de comunicación externa con nuestros/as usuarios/as, como elemento de comunicación interna y gestión del conocimiento, como elemento de difusión de nuestras actividades y sensibilizar?…
¿Qué procesos? La metodología, la forma de intervenir desde que la persona conoce nuestra actividad, accede al servicio, acogida, atención, itinerario, terapia, derivación, formación, seguimiento, grupo de apoyo… estamos en continuo crecimiento y maduración, y cada paso que se da en dirección correcta es una optimización del tiempo y de los recursos; y un aumento de la confianza del colectivo y de las instituciones que te apoyan. Estamos para resolver problemas y atender necesidades, cuando más eficaz y eficiente, mejor.
¿Qué organización? El proceso define el cómo, pero la organización define la actuación diaria, lo que realmente conseguimos, aquí tienen un protagonismo fundamental los equipos, las personas que trabajan y colaboran en tu organización: horarios, formas de organizarse incluso espacialmente, espacios de comunicación, formación interna, definición de tareas, generación de espacios de innovación (se llama creatividad abierta),
¿Qué visibilidad? Lo que hacemos, lo que somos, la importancia de nuestro fin social es conocido por la ciudadanía, por el propio colectivo, por las instituciones, hasta qué grado, con qué trasparencia. Ver que hacen los demás y como generan identidad nos puede aportar muchas ideas para definir nuestro “perfil público”.
Tres ideas a considerar: el benchmarking es un proceso comparativo que se utiliza para evaluar… el benchmarking es un proceso comparativo que se utiliza para mejorar… el benchmarking es un proceso comparativo que se utiliza para copiar… Aprendan del de al lado y nos enriqueceremos juntos, ya saben, no inventen la rueda…!
¿Quienes son las entidades referentes en tu sector o en sectores similares que sería interesante conocer? ¿Que empresas u otros negocios tienen modelos de gestión del que podríamos aprender? ¿Que informes, recursos o comunicación te llevan de otras organizaciones que te dices, eso me gustaría hacerlo a mi? Es hora de ponernos en «modo explorador» |