Apuntes sobre conflictos internos en las ONGs…
Hemos tenido la oportunidad de trabajar con diferentes ONGs que se encontraban inmersas en un conflicto interno. A veces se hace imprescindible una aportación externa de mediación que sea imparcial, y que permita, y ahí la labor que nosotros nos proponemos, mejorar la comunicación y comprensión entre las diferentes visiones, posturas y grupos, de forma que se desbloqueen los canales y las conexiones. En la mayoría de los casos conseguimos resultados positivos, porque todas y todos los miembros de la ONG están conectados con la misión y su propia existencia y, por ende, entre sí.
Y porque, insistimos mucho en esta idea, todo lo que no sea un escenario WIN-WIN (ambas partes acaban ganando) se convierte en un LOST-LOST (todos pierden) porque en el fondo solo hay «un barco» y no varios… y si no remamos en la misma dirección acabamos todos en la misma deriva… hablemos un poco más de conflictos…
Comencemos diciendo que tener un conflicto per se no es un problema y mucho menos un drama. Es más, desde nuestro punto de vista es una realidad saludable en la mayoría de los casos ya que existen intereses y percepciones diferentes que es necesario armonizar y abordar, y ello nos enriquece. Un conflicto puede ser un desafío a la zona de confort de la organización, romper con la rutina y la costumbre, promover cambios imprescindibles para la mejora de lo que hacemos.
Pero claro, el conflicto se convierte en un problema cuando es «personal», se rompen puentes, se manipula consciente o inconscientemente hechos y actitudes, se le asignan a personas intenciones, se nos disparan emociones de ira que acabamos identificando con personas y no con hechos… en definitiva, cuando ya no se trata de una cuestión de la organización si no que algo que afecta a nuestros egos.
Por ejemplo, que se quieran cambiar formas de hacer del pasado no tiene por qué traducirse en una crítica a lo ya realizado, ni mucho menos a las personas que estuvieron… es una evolución que podemos hacer por lo que nos aportaron y aprendimos de los que nos precedieron.
Si os encontráis en este caso, os proponemos una reflexión para que identificar de qué se trata y como atajarlo desde la perspectiva y meta de conseguir WIN-WIN:
- Si se trata de una diferencia en fines, metas y objetivos, hay que hablar y explicitar sobre ello, muchas veces formulamos ideas genéricas y tenemos que hacer el esfuerzo de ser específicos. En un segundo término establecer las prioridades, y si hay puntos de vista dispares buscar puntos de encuentro, definir las metas que compartimos y acordar el resto.
- Si se trata de una diferencia en los procesos y metodología, analizar qué parte de los procesos se pueden mejorar, que se podría hacer diferente o mejor, animar a probar y testear, formar a los que tienen carencias de conocimientos y sobre todo a medir los resultados de lo que hacemos.
- Si se trata de una dificultad de comunicación, bien de los responsables de equipos, bien de sus miembros, tanto a nivel personal como profesional, vemos si podemos crear algún espacio de comunicación colectiva, o generar aprendizajes de competencias personales en este sentido.
- Si se trata de una dificultad de integración y afectos, vamos a realizar esfuerzos para integrar el grupo, mejorar el conocimiento interpersonal, la empatía y cuidarnos en las formas y en el fondo.
- Si se trata de una cuestión de actitudes personales negativas, bien porque no se aceptan las normas internas, bien porque no se aceptan las ordenes ejecutivas o las decisiones de grupo, hay que escuchar motivaciones y tender puentes, buscar aunque en último término tenemos que ser flexibles pero firmes porque si las normas no se aplican para todos dejan de tener validez. En este sentido, las actitudes personales son las que más difícil solución tienen si las personas no las desbloquean.
- Y si se trata de luchas de poder realicemos una reflexión sobre los liderazgos actuales, si son oportunos y válidos, si personas nuevas pueden tener espacios que están demandando, si los diferentes intereses se dirigir a una vía integradora.
Partamos de la premisa de que ninguno es tan bueno ni tan malo… os animo a escuchar a la otra parte y a generar un espacio de solución… recordad, se trata de una única organización cuya eficacia en la misión, reputación y organización interna se verá afectada por la actitud con que abordemos el conflicto.