¿Cual es la conversación de tu organización?
Cuando comenzamos a trabajar un proceso de consultoría o coaching de equipos en una ONG lo suelo hacer con una pregunta: ¿Cuál es la conversación dominante en vuestra organización?… Y de ahí no nos cuesta demasiado comprender su estado emocional, su acción y, al final del proceso, sus resultados.
Si tu organización se habla de la crisis, de despidos, de futuro incierto o negro… La emoción será la tristeza, preocupación, derrotismo, desconfianza (el ya clásico sálvese quien pueda)… Su acción será escasa, sin ganas, con falta de espíritu combativo y el resultado… ¿No se parece mucho a la conversación inicial?
Si en cambio en tu organización se habla de un conflicto internos, de lo malo que es el jefe, de que no nos tratan con justicia, de que unos hacen y otros no, de mis derechos, de lo mio y lo mío… la emoción que descubriremos es la ira en unos casos, la resignación en otros y falta de compromiso en la práctica totalidad… las acciones estarán entre refugiarse en MI trabajo, en MI departamento… y todo lo que empiece por MI… y el resultado será escaso e inexistente, la gente más valiente saltará por la borda y los otros a tragar bilis y gestionarse emocionalmente la frustración continua…
Si en un tercer ejemplo en tu organización se habla de usuarios, problemas que hay que resolver, logros que hemos conseguido… tu emoción será la alegría, el entusiasmo, la ilusión, la pasión, sentirse invencibles, tener una flor en el culo, seguro que nos sale bien… ¿cuál será su acción? A por todas… ¿y el resultado? Pues ya te puedes imaginar que mucho mejor que en los casos anteriores.
En algunos casos me dicen, pues te equivocas, en mi organización no se habla de ello, no hay conversación sobre la entidad… ah, vale, pero la falta de conversación también es una conversación… un lenguaje de falta de compromiso, de desinterés, de no sentirse implicado ni inspirado por lo que haces… y la emoción será la apatía, la desgana y la acción el cumplir lo justo, y el resultado ciertamente raquítico.
Lo siguiente que me dices es, claro, pero hay que ser realista, si hay problemas, ¿de qué vamos a hablar? Pues dos posibilidades básicas, del problema, o de la solución al problema. Frecuentemente recurro a este ejemplo de la familia Hoyt que seguro muchos ya conocéis…
En todas las organizaciones conviven todas las realidades, no hay. ninguna exenta de problemas, dificultades, frustraciones, gente que aporta más, logros, fracasos… Pero ello no significa que asumamos que somos nosotros los que elegimos la conversación y ello ya ven los resultados que tiene…
Es lo que se conoce como Efecto Pigmalión o profecía de autocumplimiento. Aquello que está en tu lenguaje y tus pensamientos, se acaba convirtiendo en una realidad.
Reitero la pregunta para tu reflexión: ¿cuál es la conversación dominante de tu organización? Y si quieres comenzar a intervenir ¿quien y que aporta cada día? ¿Cómo puedes tú ser la diferencia, provocar el cambio?
Recuerda que por pequeña que sea, tu conversación provocará una emoción, la emoción una acción y la acción un resultado diferente…
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