6 “C” claves en la gestión de redes de asociaciones (2)
Esto de «hacer red» parte de una disposición de sus participantes. De un «compromiso de acción» imprescindible para que se convierta en una realidad con resultados prácticos. En este sentido, nos sorprende la falta de «andamiajes» o de pilares de muchas plataformas, redes y federaciones. Es frecuente escuchar quejas, sobre todo de las estructuras coordinadoras, de la falta de implicación o participación. A lo que solemos hacer dos preguntas para ayudar a reflexionar: ¿Qué actividades concretas se han hecho para promover y animar en una cultura de la participación? Y un segundo, ¿Qué consecuencias tiene participar y cuáles no participar?
Aunque se podría profundizar mucho en esto de “hacer red”, os proponemos seis ideas que nos permiten identificar qué hacemos o concretar que queremos hacer en una red:
Os presentamos nuestras 6 «C» que nos ayuden a pensar en la gestión de redes asociativas.
COMUNICAR – Los miembros de una red deben realizar un esfuerzo permanente por conocerse: qué iniciativas tienen, que resultados, qué conocimientos, sus valores, sus financiadores, su proyección estratégica, etc. etc. Cuanto mayor sea el conocimiento más oportunidades habrá de encontrar intereses comunes, más sinergias y oportunidades podremos generar entre los participantes para esto de “construir”. ¿Cómo vamos a hacer algo juntos si no nos conocemos o no sabemos lo que estamos haciendo?
COMPARTIR – En este nuevo mundo tecnológico el problema de la información es el exceso; la mejor forma de compartir es la bidireccional en base a una demanda concreta y definida. Los miembros de la red deben estar dispuestos a aprovechar y aportar recursos, metodologías, proyectos, contactos, conocimientos, etc. Cuantos mayores sean las interacciones más se enriquecerán todos, estamos en una red para ser mejores organizaciones y para hacer mejor a los demás. ¿Cómo va a hacer red si no hacemos alguna cosa juntos?
COOPERAR – El siguiente escalón en esta concreción de los objetivos comunes es desarrollar proyectos conjuntos, donde varios socios son responsables del diseño y ejecución de proyectos, donde la fuerza del trabajo común permite acometer proyectos más amplios y complejos (desde un punto de vista de servicios o geográficos). En este sentido, las redes pueden llegar a más financiadores, apoyar con mayores recursos, aportar una estabilidad financiera; siendo agentes donde las ideas y las propuestas tienen más posibilidades de desarrollo.
COORDINAR – Por último, una red puede llegar al proceso de construir juntos, manteniendo la identidad individual, pero coordinando las políticas, las estrategias, los recursos y las actividades; siendo pues una red donde se planifica y construye unidos, donde cada organización una parte del todo. Ello supone una asunción de los objetivos comunes como objetivos individuales, donde somos una organización plural, pero y recalco “una organización de organizaciones”.
Esto cuatro elementos son sumativos, cada uno de ellos es un pilar para el sostenimiento y desarrollo del trabajo en red, el pleno desarrollo de cada uno de estos elementos nos permiten diferenciar diferentes modelos de red, cada una de ellas con valores de enriquecimiento de las personas, las organizaciones y en definitiva, de la eficacia de las actividades que se realizan. Son 4 C propuestas de hacer, desde un nivel de compromiso bajo («nos comunicamos» al superior «lo hacemos juntos»).
Quedan dos ideas más que tienen que ver con el «estar», con la disposición y
COMPROMISO: para que una red funcione, se desarrolle y se construya se necesita una corresponsabilidad real. Las organizaciones tienen que comprometerse, creer en la validez del modelo, compartir desde la transparencia, construir desde la lealtad y la confianza mutua. En definitiva, no solo centrarse en sus intereses, conocer y aportar a los intereses de los demás y contribuir a ellos.
CONFIANZA: al contrario de opiniones que nos llegan, desde nuestra perspectiva no es algo que tengamos o necesitemos a priori, más bien es la suma de las anteriores y el resultado de un proceso a medio plazo, la confianza se construye con la lealtad y los resultados y permite plantearse objetivos más ambiciosos y ceder más espacios para trabajar juntos en vez de “lo hago yo solo”